Sincronizan a la perfección - Mensaje escuchado...
The Police estableció anoche en la Arena Monterrey un puente musical entre artistas y público que terminó en un deleite para los 7 mil fans del trío que esperaron 20 años para una velada única.
Las emociones contenidas por un largo periodo suelen terminar emergiendo al generarse una explosión como la que ayer se dio en la Arena Monterrey, tras la larga espera por ver a The Police en un escenario.
Más de 20 años tuvieron que aguardar los fans, y los mismos miembros de la banda, para derrochar toda su energía al ritmo del punk que los británicos impusieron en la breve historia musical que escribieran en el periodo entre 1977 y 1986.
The Police llegó a Monterrey con la gira que iniciara en Vancouver el 27 de mayo del año en curso, y que para mediados de 2008 -cuando tienen programado el final- los llevará a haber ofrecido más de 100 conciertos alrededor del mundo.
El espectáculo que la banda londinense trajo fue portentoso en cuanto a su producción de luces robóticas, imágenes en alta definición y un sonido impecable, a través del cual los seguidores pudieron escuchar cada uno de los éxitos en el casi centenar de bocinas que custodiaban el escenario.
Lo cual no hubiera servido de mucho si el show que diseñaron Sting, Andy Summers y Stewart Copeland no estuviera enfocado a las emociones, como la de verlos compartiendo el escenario con la madurez que les faltó en su mejor momento para evitar la ruptura de una agrupación que había marcado época.
El momento de la explosión se dio apenas y Stewart Copeland emergió en el escenario tras su batería para que, con el golpeteo a un gong, diera la pauta a Sting y Summers para dar inicio con 'Message In A Bottle'.
De esa forma se vinieron sucediendo las canciones de The Police, la mayoría de ellas en las que el punk se mezcla con los ritmos del reggae por los que está influenciada la banda - no por nada a la aparición del grupo en el escenario le antecede la pista de un tema de Bob Marley.
'Synchronicity II' dejó ver por primera vez a los miembros de la banda en la pantalla colocada al fondo, la cual dio testimonio de lo que cada integrante vivía con los 'close-ups' logrados por al menos siete cámaras distribuidas en la arena.
Pocas veces se dirigió al público, pero cuando lo hizo, Sting mostró su español en frases bien estructuradas que intercaló en sus canciones, casi siempre para pedir más energía a sus seguidores con frases como ''Más fuerte, por favor''.
The Police realizó un recorrido preciso por su discografía, en la que incluyó canciones como 'Walking On The Moon', y 'Voices in my Head', entre las que el mismo vocalista dio su cifra oficial de asistentes a la Arena Monterrey, que no lució a su máxima capacidad.
''Tenemos siete mil personas aquí, por lo tanto, quiero ver 14 mil manos'', expresó.
Sting se muestra como un hombre sonriente que mira con complicidad a sus compañeros, que la mayor parte del tiempo se ven concentrados en sus instrumentos al tiempo que recorre el escenario en los puentes musicales que le dan oportunidad.
'Don't Stand So Close To Me', 'Driven To Tears', 'Hole In My Life' con todo y sus seis remates y 'Truth Hits Everybody' continuaron enajenando a los treintañeros que predominaron entre la audiencia.
Para ese momento The Police ya había atrapado al total de los asistentes, pero sin tener la necesidad de privarlos de su libertad, por lo que todos podían vivir su concierto a placer.
El lucimiento personal de los tres músicos en escena destaca al momento de escuchar los solos de guitarra de Summers o cuando Copeland se ponía a cargo de las percusiones con timbales y tambores detrás de su batería.
'Every Little Thing She Does Is Magic' se convirtió hasta ese momento la más celebrada de la noche y la que provocó la fusión integral entre banda y público con ese famoso ''ioo / ioo'' que era irresistible cantar.
Tras 'Wrapped Around Your Fnger', The Police dio sus esbozos de conciencia social con su protesta dedicada a aquellos políticos (todos) que sólo se dedican a las habladurías que terminan en un ininteligible 'De Do Do Do, De Da Da Da'.
Cada estrofa y puente musical iba anunciando el inevitable final del encuentro con The Police, uno de los componentes básicos de la historia del punk a finales de los setenta y de los albores de los ochenta.
Era imposible que se diera sin esos destellos de los hits inconfundibles que la banda dejó hace muchos años a la historia del rock.
'Invisible Sun' dejó ver en la pantalla imágenes de niños en la extrema pobreza con la figura de Sting a su lado, como dedicándoles la canción.
Con 'I Can't Stand Losing You' impregnaron de rock el ambiente antes de que se dejaran escuchar los clásicos acordes que anticipaban a la llegada de esa célebre mujer de la calle de nombre 'Roxanne'.
La primera despedida en falso que dejo solo el escenario por sólo dos minutos, antes que The Police volviera para rematar con 'King of Pain', 'So Lonely' y 'Every Breath You Take', que más que prodigar su belleza musical, se remite a la emotividad de estar escuchando un clásico del rock contemporáneo.
Un último aliento con 'Next To You' antes de que dieran por terminado el concierto, y al fin hicieran realidad para el público ese abrazo fraternal y reverencias que pusieron a Sting, Summers y Copeland lo más cerca posible.
(c) Milenio