Sting: un viaje a la memoria...
Nostalgia es la palabra perfecta para describir lo que pasó en el Auditorio Telmex anoche, quienes acudieron al concierto que comenzó a las casi 21:39 horas. De eso fue muestra, por ejemplo, cuando el público cantó junto a su autor Every little thing she does is magic. Todos se levantaron, algunos incluso para grabar un pedazo de canción para enviarla a sus allegados, para cantarla de nuevo con todos a su alrededor. Así fue todo el concierto.
Synchronicity II fue la canción con la que Sting, enfundado en una sencilla playera azul y un pantalón negro, y su desgastado bajo, salió a saludar a una Guadalajara que tenía casi una hora esperándolo y que gritó y batió las palmas para darle la bienvenida.
A los 65 años, Gordon Matthew Thomas Sumner, mejor conocido como Sting, tan enérgico como si tuviera 30 –quizá por su estilo de vida vegano–, conmovió a Guadalajara en un concierto sentido dedicado para los fanáticos como a los más recientes escuchas que siguen su música, algunos desde la legendaria The Police, en el Auditorio Telmex como parte de la gira de su último disco 57th & 9th. El cantante y bajista también ofreció un par de fechas en la Ciudad de México.
Pese a que sus últimos discos no cuentan con el seguimiento mediático que tuvieron en los tiempos de oro, y difícilmente encabezan las listas, los fanáticos, casi todos mayores de 30 años, siguieron al músico durante todo el concierto. Entre baladas que pasaban de pronto a la energía de los clásicos, el bien conservado músico inglés transportó a todo el Telmex de vuelta a 1977.
Corearon, aplaudieron y gritaron sin parar.
Spirits in the material world fue la segunda canción. Pero Englishman in New York, puso de verdad al público de pie, un público que si bien no llenó cada butaca, disfrutaba y completaba las letras de las canciones como en un íntimo show especial para los amantes de su música, de esa mezcla de mensajes como “be yourself no matter what they say”, con los brincos con guitarra clásicos del rock y las letras de balada clásica de la culata canción, I can’t stop thinking about you.
“Muchas gracias, Guadalajara”, dijo Sting en un muy bien practicado español, previo a presentar a los integrantes de la banda, “me siento muy feliz de estar aquí otra vez”.
Toda la noche fue así, de baladas que, como el cantante, van por encima del tiempo y lo sobrepasan. De canciones que se vuelven emblemáticas justo con el paso del tiempo y se vuelven permanentemente vigentes.
Sting trajo eso a México, y Guadalajara no podía ser la excepción.
(c) El Diario by Alejandra Carrillo